lunes, 22 de agosto de 2011

HACER AMIGOS CON LAS RIQUEZAS INJUSTAS


Hacer amigos con las riquezas injustas

 

Y yo os digo: Ganad amigos por medio de las riquezas injustas, para que cuando éstas falten, os reciban en las moradas eternas. Lucas 16:9 

Y sabiendo que nosotros también obraríamos bien al poseer algo recibido de otros, dijo: “El que tenga dos túnicas dé una al que no tenga, y haga lo mismo quien tenga comida”; y: “Tuve hambre y me dieron de comer, desnudo y me vistieron”; y: “Cuando des limosna, que tu mano izquierda no sepa lo que hace tu derecha.” Lo mismo se diga de todas las obras de beneficencia por las cuales somos justificados, como si redimiéramos lo nuestro al dar de lo ajeno. Y digo de lo ajeno, no porque el mundo sea ajeno a Dios, sino porque hemos recibido de otros esos bienes, así como los hebreos los recibieron de los egipcios que no conocían a Dios. Y usándolos construimos en nosotros mismos el santuario de Dios, en cuanto Dios habita en quienes hacen el bien. Como dice el Señor: “Hagan amigos con el dinero injusto, para que ellos, cuando se los eche, les reciban en los eternos tabernáculos.” Nosotros, pues, somos justificados como creyentes cuando convertimos en utilidad para el Señor aquello que como paganos habíamos adquirido de la injusticia. Ireneo (180 d.C.) 

Es absurdo que uno disfrute cuando los demás pasan necesidad. ¡Cuánto más razonable es gastar a favor de los hombres que gastar en piedras preciosas y oro! ¡Cuánto más útil es poseer amigos que nos adornen que adornos sin alma! Clemente de Alejandría (195 d.C.) 

Contrario a lo que es el caso con el resto de los hombres, reúne par ti mismo un ejército que no posea armas bélicas, no sangriento, pacífico y sin mancha: un ejército de ancianos piadosos, huérfanos queridos por Dios, viudas armadas con mansedumbre y hombres adornados con amor. Obtén con tu dinero tales guardas para tu cuerpo y tu alma… Todos estos guerreros y guardas son dignos de confianza. Ninguno de ellos es ocioso o inútil. Algunos de ellos pueden obtener el perdón de Dios para ti. Otros pueden consolarte en la enfermedad. E incluso otros pueden llorar y gemir a favor de ti delante del Señor. Clemente de Alejandría (195 d.C.) 

1 comentario:

  1. Dios los bendiga grandemente. cuando alguien comparte conocimiento, denota el amor por los demas, mil bendiciones su hno campos juan

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