miércoles, 5 de octubre de 2011

¿CREES QUE ELLOS MURIERON POR CRISTO DEFENDIENDO UNA MENTIRA?

¿Permaneció fiel la iglesia primitiva?

 

¿Las primeras generaciones de cristianos después de los apóstoles preservaron fielmente “la fe que una vez había sido dada a los santos”? ¿O colapsó el cristianismo inmediatamente después de la muerte de los apóstoles, como afirma la secta de los Testigos de Jehová? Examinemos toda la evidencia.


Si las creencias y prácticas de los cristianos cambiaron entre el primer y segundo siglos, entonces el cambio tuvo que haber venido de una o de dos maneras. Primero, el cambio pudo haber sucedido intencionalmente. La segunda y tercera generaciones de cristianos pudieron haber cambiado a propósito lo que les había sido entregado a ellos. Sin embargo, ellos enfatizaron una y otra vez en sus escritos que lo que ellos estaban defendiendo era lo que enseñaron los mismos apóstoles.


“Claro, pero ellos aún podrían estar mintiendo,” podrías decir. En otras palabras, estos escritores pudieron ser mentirosos y apóstatas, que tergiversaron intencionalmente a Cristo y a los apóstoles. Sin embargo, cuando leemos acerca de sus vidas piadosas y su disposición para renunciar todo por Cristo, no nos atreveríamos a afirmarlo. 

Y aún más, miles de ellos, incluyendo a algunos escritores, sufrieron encarcelamientos en mazmorras pestilentes, soportaron torturas inimaginables y muertes horribles antes que negar a Cristo. ¿Es todo esto algo que los mentirosos harían intencionalmente? ¿Cuántas personas sufrirían torturas y muertes por algo que ellas mismas saben que es mentira? Por consiguiente, el primer modo de cambio: la apostasía intencional, es altamente improbable. 

Sin embargo, el cambio pudo haber sucedido de una segunda manera: accidentalmente. En otras palabras, los cristianos del segundo siglo pudieron haber estado enseñando y practicando cuidadosamente lo que les había sido entregado, pero de alguna forma malentendieron lo que los apóstoles les enseñaron. 

Pero, ¿cómo pudo suceder eso? Algunos de ellos, como Policarpo y Clemente de Roma, recibieron el evangelio directamente de los apóstoles. ¿Cómo pudieron haberlos malentendido? Si ellos lo hicieron, ¿qué esperanza hay para nosotros? Otros, como Ireneo, recibieron el evangelio de aquellos que lo habían obtenido directamente de los apóstoles.


“Bueno, entonces el cambio vino lenta y casi imperceptiblemente,” podrías decir. “Pero después de un periodo, debido a la acumulación de estos pequeños cambios, la iglesia se habría desviado de la iglesia original.” Es una buena hipótesis. En realidad, creo que eso es lo que ocurrió. Siglo tras siglo la iglesia se había desviado ligeramente de donde había estado un siglo antes. Pero ésta no es una buena razón para desacreditar a los cristianos del segundo siglo. Más bien, es una buena razón para desacreditar a los cristianos del siglo veintiuno. Los cristianos del segundo siglo tenían menos de un siglo de desvío; nosotros tenemos un poco más de diecinueve siglos. 


BENDICIONES

FUENTE: www.laiglesiaprimitiva.com
Tomado del Libro: LOS PRIMEROS CRISTIANOS Y SUS ESCRITOS de David Bercot.

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