martes, 4 de octubre de 2011

EL PENSAMIENTO ORIENTAL EN EL NUEVO TESTAMENTO

El pensamiento oriental en el Nuevo Testamento

 

“¿El pensamiento oriental en el Nuevo Testamento? ¿Dónde?,” podrías preguntarte. Bueno, una persona no tiene que leer mucho el Nuevo Testamento para encontrarlo. Por ejemplo, Mateo escribió: “Y estuvo allá hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta, cuando dijo: De Egipto llamé a mi Hijo” (Mt. 2:15). 

“¿Y qué es lo ilógico aquí?,” podrías estar pensando. Volvamos al pasaje que citó Mateo del Antiguo Testamento y verás. Su cita es del capítulo 11 de Oseas: “Cuando Israel era muchacho, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo. Cuanto más yo los llamaba, tanto más se alejaban de mí; a los baales sacrificaban, y a los ídolos ofrecían sahumerios. Yo con todo eso enseñaba a andar al mismo Efraín, tomándole de los brazos; y no conoció que yo le cuidaba. Con cuerdas humanas los atraje, con cuerdas de amor; y fui para ellos como los que alzan el yugo de sobre su cerviz, y puse delante de ellos la comida. No volverá a tierra de Egipto, sino que el asirio mismo será su rey, porque no se quisieron convertir.” (Os.11:1-5) 

¿Era ésa una profecía acerca de Jesús? A cualquiera de nosotros nos parecería que el pasaje de Oseas está refiriéndose a la nación de Israel, no al Mesías. Aunque creo que Mateo no citaba mal esta Escritura; simplemente su razonamiento es diferente que el nuestro. 

Y ése no es un ejemplo aislado. Unos versículos después Mateo describió la matanza de los infantes varones en Bethelem, y dijo: “Entonces se cumplió lo que fue dicho por el profeta Jeremías, cuando dijo: 

‘Voz fue oída en Ramá, grande lamentación, lloro y gemido; Raquel que llora a sus hijos, y no quiso ser consolada, porque perecieron.’” (Mt. 2:17,18). 

Otra vez, veamos lo que escribió Jeremías: “Así ha dicho Jehová: Voz fue oída en Ramá, llanto y lloro amargo; Raquel que lamenta por sus hijos, y no quiso ser consolada acerca de sus hijos, porque perecieron. Así ha dicho Jehová: Reprime del llanto tu voz, y de las lágrimas tus ojos; porque salario hay para tu trabajo, dice Jehová, y volverán de la tierra del enemigo. Esperanza hay también para tu porvenir, dice Jehová, y los hijos volverán a su propia tierra.” (Jer. 31:15-17) 

¿Está hablando de la matanza de los infantes en Bethelem después del nacimiento de Jesús? Parece que el contexto de esa profecía está hablando claramente de la cautividad de Israel y del retorno a su tierra. No obstante, creo que Mateo no está citando mal la profecía. 

O qué de Mateo 2::22,23: “Pero oyendo que Arquelao reinaba en Judea en lugar de Herodes su padre, tuvo temor de ir allá; pero avisado por revelación en sueños, se fue a la región de Galilea, y vino y habitó en la ciudad que se llama Nazaret, para que se cumpliese lo que fue dicho por los profetas, que habría de ser llamado nazareno.” ¿Dicho por los profetas? ¿Dónde? Por lo menos he oído tres explicaciones diferentes de este pasaje. La verdad es que simplemente no entiendo. 

La verdad es que Mateo no razona como nosotros los occidentales del siglo veintiuno. “Pero Mateo era inspirado,” podrías decir; “por lo tanto, estuvo bien que él usara el Antiguo Testamento de esa forma.” En otras palabras, acomodemos el Nuevo Testamento y simplemente consideremos todos los ejemplos del pensamiento helenístico oriental como inspirados. 

No obstante, no sólo nos engañamos a nosotros mismos cuando hacemos algo así. Los argumentos de Mateo eran lógicos para sus lectores del primer siglo. De hecho, el propósito de sus escritos era convencer a los judíos que Jesús era el Mesías. Él tenía que usar argumentos que convencerían a los incrédulos, personas que no aceptaban sus escritos como inspirados. 

Otro ejemplo del pensamiento oriental en el Nuevo Testamento es la discusión alegórica de Pablo sobre Sara y Agar en Gálatas 4:21-31. O la cita de Pablo de Isaías 28.11 escrita a los corintios, lo cual él aplica al hablar en lenguas: “En la ley está escrito: En otras lenguas y con otros labios hablaré a este pueblo; y ni aun así me oirán, dice el Señor” (1 Cor. 14:21). Para las mentes orientales, el contexto de Isaías 28:11, casi no parecería referirse al hablar en lenguas, sino más bien a la profecía que Efraín sería llevado cautivo por los asirios. Finalmente, todo el libro de Hebreos, en el cual se habla sobre tipos y figuras proféticas, es un ejemplo clásico del pensamiento oriental. 

La simple verdad del asunto es que Mateo, Pablo y otros escritores del Nuevo Testamento, no siempre pensaron como nosotros. Tampoco los cristianos del primer y segundo siglos. El razonamiento helenístico oriental de los escritores de la iglesia primitiva nos parece extraño únicamente porque hemos estado leyendo la Biblia a través de los lentes occidentales.
Y recuerda, es una calle de doble vía. Si nos parece extraño el razonamiento de los primeros cristianos, nuestro razonamiento les parecería extraño a ellos también. Desafortunadamente, los escritos del Nuevo Testamento fueron dirigidos a ellos, no a nosotros. Ellos no tienen que acomodarse a nuestra mentalidad occidental del siglo veintiuno. Nosotros tenemos que acomodarnos a su mentalidad. 


BENDICIONES

FUENTE: www.laiglesiaprimitiva.com
Tomado del Libro: LOS PRIMEROS CRISTIANOS Y SUS ESCRITOS de David Bercot.

No hay comentarios:

Publicar un comentario