viernes, 21 de octubre de 2011

LOS REFORMISTAS AGUSTINIANOS

 


No todos los movimientos medievales de reforma enfocaron el evangelio del reino. Junto a la corriente del reino, también fluyó una corriente distinta, la corriente de los reformistas agustinianos.

A primera vista, parecería que ningún movimiento relacionado con Agustín podría ser un verdadero movimiento de reforma. Al fin y al cabo, él fue el apologista de todo el híbrido constantiniano.

Pero la Iglesia en los días de Agustín había sido parte del híbrido durante menos de un siglo. Con el paso del tiempo, la Iglesia se apartó aun más de las enseñanzas de Jesús.

La veneración de las imágenes, de María y de los santos apenas comenzaba a practicarse en los días de Agustín. En su tiempo, no existían ni indulgencias papales ni cardenales. A los miembros de la congregación se les permitía beber de la copa de la comunión.

De modo que regresar al cristianismo de los días de Agustín era en sí una reforma importante. Sin embargo, dicha reforma se encontraba siempre dentro del híbrido constantiniano. De ninguna manera era un regreso al evangelio del reino.


Los movimientos agustinianos contra los movimientos del reino



Aunque tuvieron muchos puntos en común, los movimientos de reforma agustinianos se diferenciaron significativamente de los movimientos del reino en los siguientes aspectos:

1. La aceptación del híbrido constantiniano. Para comenzar, todos los reformistas agustinianos aceptaron el híbrido constantiniano. Ellos no se opusieron a la unión de la Iglesia y el estado. De hecho, siempre buscaron llevar a cabo sus reformas mediante el poder del estado.

2. El rechazo de la no resistencia. Debido a que ellos aceptaron la unión de la Iglesia y el estado, los reformistas agustinianos no se opusieron al uso de la espada. Todos ellos reconocían que la espada era necesaria para el funcionamiento y la preservación del estado. Y puesto que el estado estaba unido a la Iglesia, la Iglesia no debía oponerse a que sus miembros participaran en la guerra, en la ejecución de la pena capital ni en las torturas.

3. El rechazo de otras enseñanzas del reino. Los movimientos agustinianos casi siempre adoptaron la misma forma: La teología del Nuevo Testamento (¡supuestamente!) sobrepuesta a la moral y el estilo de vida del Antiguo Testamento. Los reformistas agustinianos enseñaron que no había necesidad de seguir literalmente las enseñanzas del reino de Jesús sobre las riquezas y los juramentos. Muy pocas veces se refirieron a la separación del mundo. No obstante, hay que señalar a su favor que los reformistas agustinianos por lo general atacaron las añadiduras que la Iglesia romana le hizo al evangelio después de la época de Agustín. Sin embargo, todos ellos, sin excepción, aceptaron la mayoría de los cambios hechos antes de la muerte de Agustín.

4. El énfasis en la teología por encima del estilo de vida. Otra diferencia entre los movimientos agustinianos y los movimientos del reino fue que los movimientos agustinianos a menudo enfatizaron la teología como la esencia del cristianismo. Por el contrario, los movimientos del reino enfatizaron el estilo de vida, no la teología. Además, la teología enfatizada por los reformistas agustinianos fue la teología de Agustín. Estos reformistas por lo general hablaban de la autoridad suprema de la escritura. Sin embargo, en la práctica, esa autoridad fue la escritura interpretada por Agustín. No por casualidad, prácticamente todos los reformistas agustinianos enseñaron la predestinación absoluta como punto fundamental de su plataforma reformadora.

5. La educación. La mayoría de los reformistas agustinianos fueron hombres con educación universitaria. De hecho, por lo general estos movimientos de reforma podían presumir de contar con al menos una universidad importante que les servía como un fuerte aliado. En cambio, la mayoría de los movimientos del reino fueron iniciados por laicos, y generalmente ellos no contaban con apoyo de las universidades.


BENDICIONES

FUENTE: www.laiglesiaprimitiva.com
Tomado del Libro: EL REINO QUE TRASTORNÓ EL MUNDO de David Bercot.

2 comentarios:

  1. Creo que esos argumento no tienen peso... Fallamos por falta de conocimiento, los arminianos fallan porque no conocen, y aquellos que les enseñan tampoco conocen... entonces se hacen una base sin conocimiento y cuando construyen en conocimiento, está sobre una base inestable...

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  2. El conocimiento, no es lo que hace al cristiano auténtico, sino su relación personal con Dios. El conocimiento envanece, hace creer que se es superior o estar en mejores condiciones del que no lo tiene. Hay quienes se hacen llamar sabios, hablando de cosas que no conocen.

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