martes, 25 de octubre de 2011

OTROS MOVIMIENTOS CRISTIANOS: LOS CUÁQUEROS


El movimiento anabaptista fue uno de los movimientos más importantes en la historia del cristianismo. Los anabaptistas no sólo restauraron el evangelio del reino en el siglo XVI, sino que un remanente de ellos ha mantenido la bandera en alto durante casi quinientos años.

Sin embargo, los anabaptistas no han sido en ningún modo los únicos cristianos del reino durante los últimos quinientos años. Aun cuando las Iglesias reformadas han tildado comúnmente al cristianismo del reino como “legalismo”, cristianos individuales del reino han surgido en el seno de las Iglesias reformadas. Tampoco han faltado cristianos en la Iglesia Católica Romana. Sino que sencillamente es mucho más difícil practicar el cristianismo del reino dentro de una iglesia católica o reformada. 

De hecho, ningún movimiento del reino duradero ha surgido jamás de ninguna Iglesia que haya estado relacionada a la teología de la Reforma.


Los cuáqueros

 

Aunque algunos anabaptistas llegaron a Inglaterra, ellos nunca pudieron establecer un asentamiento permanente allí. Sin embargo, en 1647, un movimiento del reino, natural de Inglaterra, surgió independientemente de los anabaptistas. Típico de la mayoría de los movimientos del reino, este nuevo movimiento fue iniciado por el inculto hijo de un tejedor. El hijo se llamaba Jorge Fox. A partir de la lectura de la Biblia por sí solo, sin ninguna preparación teológica, él descubrió el evangelio del reino.

Con entusiasmo y gozo, Fox comenzó de manera entusiasta a predicar el cristianismo del reino por toda Inglaterra. Él era tan valiente y atrevido en su predicación que a veces interrumpía el sermón en la Iglesia del estado y comenzaba a predicarle a la congregación. 

En una ocasión, después de hacer esto, una turba enojada de fieles lo linchó. Cuando Fox sobrevivió al intento de ahorcamiento, ellos lo golpearon hasta dejarlo inconsciente. Cuando él finalmente recobró su conocimiento, se puso de pie, miró a la multitud y dijo en voz alta: “Golpéenme nuevamente si lo desean. Aquí están mis brazos, mi cabeza y mis mejillas.” Desconcertada, la multitud se dispersó.

Jorge Fox hizo muchos discípulos por medio de su predicación, y ellos se llamaban a sí mismos la Sociedad de Amigos. Otros los llamaban cuáqueros, nombre por el cual se les conoce más. 

En toda Inglaterra, y luego en las Américas, los cuáqueros predicaban los valores del reino a todas partes que iban. Aunque las autoridades de la Iglesia azotaban y encarcelaban a los cuáqueros, nada pudo silenciarlos. 

En el Nuevo Mundo, los puritanos les prohibieron a los cuáqueros, bajo pena de muerte, establecerse en Massachussets. No obstante, los cuáqueros continuaron testificando en Massachussets, y los puritanos colgaron a algunos de ellos.

A diferencia de los anabaptistas y los valdenses, los cuáqueros ponían énfasis en el testimonio interior del Espíritu Santo por encima de las enseñanzas de la escritura. Puesto que creían que ellos habían entrado en una nueva era del Espíritu, ellos enseñaban erróneamente que el bautismo y la Cena del Señor ya no eran necesarios.

A través de los siglos, su énfasis en la “Iluminación interior” del Espíritu los condujo a un activismo social cada vez mayor y a menos dependencia de las escrituras. En la actualidad, los cuáqueros son un cuerpo extremadamente liberal que se centra fundamentalmente en el activismo social. Hoy tan sólo un pequeño remanente cuáquero apoya el evangelio bíblico del reino.


BENDICIONES

FUENTE: www.laiglesiaprimitiva.com
Tomado del Libro: EL REINO QUE TRASTORNÓ EL MUNDO de David Bercot.

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