miércoles, 5 de octubre de 2011

POR QUÉ CREO QUE EL EVANGELIO PERMANECIÓ INTACTO ENTRE LOS PRIMEROS CRISTIANOS

Por qué creo que el evangelio permaneció intacto

 

¿Cuántas denominaciones y religiones conoces que perdieron todas sus doctrinas y ordenanzas principales en sólo un siglo después de la muerte de sus fundadores? Yo no conozca ninguna. Las iglesias conservadoras de la Reforma aún enseñan hoy casi todas las doctrinas halladas en las Instituciones de Calvino. Los luteranos conservadores aún sostienen prácticamente todas las mismas doctrinas halladas en la confesión de Ausburgo. Los anabaptistas conservadores de la actualidad aún sostienen las mismas doctrinas y prácticas principales de sus antepasados del siglo dieciséis. Y lo mismo es cierto para los bautistas conservadores y otros grupos.
Sin embargo, han transcurrido casi quinientos años de los principios de aquellos movimientos. Con seguridad, han sucedido algunos cambios en todos estos grupos denominacionales. Pero los cambios no han sucedido en los puntos doctrinales principales o en las ordenanzas cristianas principales como el bautismo o la comunión. Puntos de vista sobre temas de menor importancia como los dones del Espíritu, han cambiado en algunos de estos grupos. Pero no sus creencias básicas sobre la salvación, la trinidad, la encarnación o la condición caída del hombre. Ellos aún bautizan y participan de la comunión del mismo modo. Normalmente, después de una generación, espiritualmente menguan; pero no sus doctrinas y ordenanzas principales. 

Con la excepción de los teólogos liberales, los bautistas de hoy sostienen las mismas creencias y ordenanzas principales que los bautistas del siglo pasado. Y es así con los luteranos, metodistas, menonitas, hermanos, amish, nazarenos, el Ejército de salvación, la iglesia de Cristo y muchas otras denominaciones. 

Y aquí estamos hablando de las denominaciones instituidas por los hombres. ¿Es nuestra destreza mejor que la de Cristo y sus apóstoles? (1 Corintios 3:11-15). Nuestra destreza ha resistido la prueba del tiempo. ¿Creemos que la de ellos no resistió? ¿Edificaron ellos sobre madera heno y hojarasca que ni siquiera duró un siglo? ¡Incluso religiones instituidas por los hombres como el Islam y el budismo han funcionado mejor que la de los apóstoles! 

Además, a través de la historia de la iglesia, todo cambio mayor en doctrinas, ordenanzas y enseñanzas morales principales siempre ha sido acompañado con algún tipo de controversia. Invariablemente, alguien en el grupo no está de acuerdo con el grupo. Contamos con un registro de controversia. La obra de cada uno de los reformadores del siglo dieciséis estaba rodeada por conflictos con la iglesia existente y con los otros reformadores. ¿Deberíamos creer que las enseñanzas y ordenanzas principales del cristianismo cambiaron en unas pocas décadas después del fin del primer siglo, todas sin conflictos, ni debates, ni disensiones? 

Sería equivalente a que la Iglesia Católica Romana cambiara de sus creencias tradicionales a las de los anabaptistas en pocas décadas, todas sin controversia, ni desacuerdos, ni discusiones. Y sin siquiera un registro histórico que señalara quién introdujo tales cambios. 

Hoy vivimos en una sociedad que cambia rápidamente, una sociedad donde se espera el cambio. El cambio es bienvenido en estos días. Pero dicha tendencia es un nuevo fenómeno en la historia humana. En realidad, nuestra sociedad ha cambiado más en los últimos 250 años que en los cuatro mil años anteriores. Antes de la Revolución industrial y las revoluciones políticas de los años 1700s, la gente tenía la convicción de hacer las cosas de la manera como las hicieron sus antepasados. Fue así en la esfera secular y religiosa. 

Hoy estamos tan acostumbrados al cambio que nos parece difícil creer que una sociedad o iglesia podría existir por un siglo sin atravesar por un cambio. No obstante, ¡las creencias y prácticas de las iglesias tradicionales ortodoxas del Oriente prácticamente no han cambiado desde el siglo ocho! En verdad, ellas han atravesado pocos cambios teológicos desde el fin del siglo cuarto. 

Incluso hoy, la mayor parte de los cambios en las doctrinas principales que surgen en una iglesia o denominación, es generalmente un resultado de los movimientos liberales o modernistas de los últimos siglos. Por “liberales” o “modernistas” me estoy refiriendo a los movimientos que cuestionaron la inspiración y la infalibilidad doctrinal de la Biblia. Sin embargo, aquellos fenómenos son bastante nuevos; pues no hubo tales movimientos en tiempos antiguos. Y con mayor seguridad, no los hubo en la iglesia del segundo siglo. 

Además, en cualquier periodo, las iglesias que sufrieron persecución no eran innovadoras de nuevas doctrinas. ¿Cuánta nueva teología ha surgido en Europa oriental y en otros lugares en el siglo pasado donde la iglesia ha sido oprimida? A través de todos los tiempos, prácticamente todos los cambios doctrinales y controversias teológicas han tenido lugar en los territorios donde la iglesia era libre de persecución. En efecto, cuando Constantino y Licinio reconocieron el cristianismo legalmente en el año 313 d.C, se desencadenaron batallas teológicas que duraron siglos. 

No estoy diciendo que no hubo cambios entre el primer y segundo siglos. Estoy diciendo que los cambios fueron pequeños y no tuvieron lugar en las áreas doctrinales, ordenanzas o enseñanzas morales principales. Esto se prueba comparando a la iglesia del segundo siglo con la del tercer siglo. 

Hubo una pequeña medida de desvío entre aquellos siglos; pero no en las doctrinas, ordenanzas y enseñanzas morales principales. Hubo cambios teológicos secundarios o, al menos, cambios en el énfasis. Hubo algunos cambios en la terminología teológica y en la estructura eclesiástica. Y parece haber más relajamiento espiritual en el tercer siglo. Pero mayormente hay poca diferencia entre los dos siglos.


BENDICIONES

FUENTE: www.laiglesiaprimitiva.com
Tomado del Libro: LOS PRIMEROS CRISTIANOS Y SUS ESCRITOS de David Bercot.

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